Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.

- José Martí

Friday, February 19, 2010

La Caja de Herramientas y la Maquinaria de Producción (Parte 2)

Esta es la segunda parte del artículo de René Marqués Velasco, publicado originalmente en Claridad.
La Independencia y el desarrollo de capacidades

La independencia provee una serie de instrumentos adicionales particularmente útiles para la política macroeconómica. Incluye instrumentos para imponer impuestos y establecer nivel de gastos del gobierno (estos los tiene el ELA). Provee además, instrumentos para determinar la tasa de interés y la oferta monetaria y en el comercio para determinar la tasa de cambio y la tasa de protección. Además, se pueden establecer tratados comerciales y ambientales. Se puede controlar la frontera, las comunicaciones, la transportación y en general reglamentar la organización interna del país. Estos instrumentos pueden utilizarse para crear estabilidad macroeconómica y para promover el crecimiento económico. Los instrumentos que provee la independencia pueden utilizarse para crear condiciones que resulten atractivas para promover la inversión. Sin embargo, en un país en desarrollo deben utilizarse para inducir a los agentes económicos a tomar decisiones en la dirección deseada. La diferencia es que crear condiciones atractivas es una política pasiva, mientras que estimular o inducir decisiones es una política pro-activa.


Los países del sureste asiático, particularmente Korea y Taiwan, promovieron la industrialización, pero en un momento dado indujeron a las empresas a exportar. A las empresas se les otorgaban préstamos a una tasa de interés baja y les permitían importar maquinaria y materiales libres de tarifa con la condición de que exportaran. Por otro lado, tenían el privilegio de vender en el mercado local protegido con la condición que cumplieran con cuotas de exportación. Además, devaluaban la moneda para estimular las exportaciones. Los compradores japoneses y estadounidenses, para aprovechar los salarios bajos, le ofrecieron apoyo a nivel micro a estas empresas en: técnicas de producción, control de calidad y costos, crédito para materiales, técnicas gerenciales, etc. Al aumentar los salarios, las empresas desarrollaron capacidades para hacer productos de mayor valor añadido, más sofisticados y que no dependieran del costo de la mano de obra barata.

Anteriormente, vimos que la independencia provee unas herramientas que se pueden utilizar para crear estímulos e inducir a decisiones. A nivel micro, las empresas necesitan unas capacidades para reaccionar a estos estímulos. En los países en desarrollo, las empresas, por lo general, están rezagadas, desconectadas de los mercados globales y de la tecnología de punta. Estas empresas, para mejorar, tienen que entrar en procesos de aprendizaje que están llenos de riesgo, incertidumbre, largos períodos de gestación y externalidades, por lo que tienden a subinvertir en el esfuerzo de cambio aún con estímulos para hacerlo. Para mejorar, la empresa tiene que tener acceso a destrezas, acceso a tecnología incorporada en los bienes de capital y a su financiamiento, acceso a información tecnológica y acceso a destrezas gerenciales y organizativas. Estos recursos, particularmente en un país en desarrollo, no se consiguen en el mercado, por lo que se requieren instituciones de apoyo a la empresa (a nivel micro) que generalmente provee el gobierno. La empresa, para mejorar, tiene que entrar en procesos de cambio, que alteren el sistema de producción existente, de manera que puedan introducir productos y procesos nuevos y puedan así competir en mercados de exportación. En el proceso de cambio se acumulan en la empresa capacidades para asimilar, usar, adaptar, cambiar y crear tecnología. Los procesos de cambio en el sistema de producción, son específicos a la industria, por lo que el apoyo y la coordinación que se les ofrezca también tienen que ser específicos a la industria. En una industria de jugos tropicales, el acceso a bienes de capital con nueva tecnología incorporada es importante y conllevaría adiestramiento de los trabajadores y probablemente cambio organizativo. En la industria de programas de computadora los bienes de capital no son determinantes; sin embargo, el adiestramiento tiene que cumplir con unos estándares. La información tecnológica es importante, por lo que se requiere relación, por ejemplo, con las universidades y se requiere además una relación estrecha con el consumidor.

En Puerto Rico, con la política de estimular la inversión, hemos desarrollado la capacidad para operar el sistema de producción a unos estándares especificados (know how). La operación eficiente de un sistema de producción no lleva automáticamente a cambios en el mismo. Como vimos anteriormente, se requiere un estímulo y un esfuerzo intencional, para cambiar el sistema de producción. Esto desarrolla a su vez una capacidad para generar cambio, o sea, para adaptar y cambiar el proceso de producción y eventualmente crear tecnología (innovación). Esta capacidad de cambio es necesaria para aumentar la productividad, para exportar, para desarrollar productos de mayor valor agregado y en general, para adaptarse a cambios en la economía global.

La política de crear condiciones atractivas para la inversión es una política pasiva y no está siendo efectiva para atraer inversión extranjera. Esta política además ha promovido la creación de empresarios y contratistas rentistas. El uso de las herramientas institucionales que provee la independencia para crear estímulos y el acceso de las empresas a los recursos necesarios para crear dinamismo en la producción y desarrollar capacidades, resulta en una política activa que promueve el dinamismo económico y el desarrollo de la industria local. Esta política puede ser más efectiva, además, en atraer industria extranjera. Un Puerto Rico independiente puede hacer tratados con Estados Unidos para tener acceso a ese mercado como lo tienen ya un sinnúmero de países de Centro y Sur América. Podríamos también hacer tratados para ser parte del Mercosur o del propuesto Alba. Esto nos daría acceso a mercados de Norte y Sur América, lo que podría resultar atractivo a empresas europeas y asiáticas para localizarse en Puerto Rico. Por otro lado, un sistema de producción dinámico puede generar suplidores locales y capacidades localizadas que a su vez promuevan el establecimiento de industrias extranjeras en Puerto Rico. Las instituciones son importantes, porque son el marco donde se desenvuelven los agentes económicos, pero la producción y las capacidades no pueden darse por descontadas. Las herramientas institucionales que provee la independencia junto al dinamismo en la producción y el desarrollo de capacidades y la consecuente posibilidad de ser mas efectivos en atraer industrias extranjeras es condición necesaria y suficiente para el desarrollo económico de Puerto Rico. Para que el desarrollo económico sea en función del pueblo, se requieren otras instituciones. ¿Hay la voluntad para las transformaciones que se requieren? La necesidad la hay y las condiciones cada vez son mayores.

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