Nota: Artículo escrito por Argeo T. Quiñones Pérez, catedrático en economía, y publicado originalmente en Claridad
Introducción
La situación actual que enfrenta la economía de Puerto Rico, con el doble azote de la depresión y crisis fiscal, es parte de un continuo y largo proceso de agotamiento e implosión de la estrategia económica adoptada al concluir la Segunda Guerra Mundial, el cual comenzó a principios de la década de 1970 y continúa al día de hoy. El Plan Fortuño, como se evidencia cada vez más, ha fracasado. No ha logrado establecer las condiciones para el crecimiento económico sostenido y mucho menos aún para el desarrollo sostenible. Y no podía ser de otra manera. El Plan, además de enfatizar todo aquello fallido en el viejo modelo, adoptó política pública basada en falsos supuestos y entendimientos –históricos y presentes- sobre la economía de Puerto Rico e ignoró la situación por la que atravesaba la economía mundial cuando se elaboró e implantó a principios de 2009.
Introducción
La situación actual que enfrenta la economía de Puerto Rico, con el doble azote de la depresión y crisis fiscal, es parte de un continuo y largo proceso de agotamiento e implosión de la estrategia económica adoptada al concluir la Segunda Guerra Mundial, el cual comenzó a principios de la década de 1970 y continúa al día de hoy. El Plan Fortuño, como se evidencia cada vez más, ha fracasado. No ha logrado establecer las condiciones para el crecimiento económico sostenido y mucho menos aún para el desarrollo sostenible. Y no podía ser de otra manera. El Plan, además de enfatizar todo aquello fallido en el viejo modelo, adoptó política pública basada en falsos supuestos y entendimientos –históricos y presentes- sobre la economía de Puerto Rico e ignoró la situación por la que atravesaba la economía mundial cuando se elaboró e implantó a principios de 2009.