Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.

- José Martí

Monday, September 21, 2009

Cooperación y Solidaridad: Referentes Alternos para un Proyecto de País, Parte II

Nota: Artículo originalmente publicado en Claridad, 9 al 16 de septiembre de 2009.

La competencia en el mercado es injusta y desleal. Las estructuras económicas protegen los intereses del dueño de capital. Su meta es el lucro personal, aspirar a mayores ganancias. El individualismo rige su conducta. Mediante dicha lógica se pretenden resolver problemas colectivos. Los costos económicos y sociales de tal comportamiento son ignorados. Por tal razón, el programa económico adoptado por el Partido Nuevo Progresista no puede ser considerado un proyecto de futuro para el país. Simplemente es la agenda del sector privado empresarial, grupo social que no representa la mayoría del pueblo puertorriqueño ni la diversidad de intereses prevalecientes en él.


Tome por ejemplo Riviera del Caribe, uno de los pilares del plan económico de la presente administración. Esta propuesta de desarrollo para la región este del país está concebida como un exclusivo destino turístico y paraíso de apuestas de calibre mundial. Según la gerencia gubernamental, el proyecto competirá con enclaves de juegos como Monte Carlo (Monaco), Sun City (Africa del Sur) y Atlantis (Bahamas). Tendrá además lujosas residencias y comercios. [Véase Caribbean Business, 25 de junio de 2009 y 2 de julio de 2009]

El objetivo de esta propuesta es atraer a la Isla visitantes con un elevado poder adquisitivo. Los residentes en la región y el resto de Puerto Rico quedaríamos excluidos del disfrute de dichos terrenos. Se nos sugiere ser “agradecidos” por los empleos mal remunerados que se creen en el lugar y “conformarse” con caminar gratis por los paseos peatonales frente al mar, ver llegar los cruceros y observar a los turistas comprando cosas caras en las tiendas. ¿Así es la vida?

Ante la ausencia de un proyecto económico que atienda las necesidades de la mayoría de los puertorriqueños, los administradores públicos nos alientan para recurrir a la Loto, la Revancha y cuanto juego del azar exista. La suerte se convierte en la única propuesta para atender la precaria condición económica de los trabajadores del país. Una situación para la cual no se percibe en el futuro un escenario alentador.

Según datos publicados por la Junta de Planificación, en el último año fiscal ocurrió un decrecimiento en la producción de 5.5%. Durante los primeros siete meses del 2009 el número de quiebras ascendió a 6,386 casos, un aumento de 28% al compararse con el mismo periodo del año anterior. El pasado mes de julio la participación laboral se redujo a 43%, la cifra más baja en veinte años. La tasa de desempleo se encuentra en 16.5%, el nivel más elevado desde 1994 (exceptuando el cierre parcial de agencias gubernamentales en mayo del 2006). El sector privado continúa realizando reducciones significativas en su nómina. A la vez que en el Gobierno se han cesanteado cerca de 7,000 servidores públicos y se espera despidan 20,000 empleados más al cierre del año fiscal 2009-10.

Mientras las diferentes actividades económicas continúen articulándose en función del lucro personal y no exista un compromiso social por parte de las distintas instituciones y participantes en el mercado, será sumamente difícil articular proyecto de país alguno que sea capaz de satisfacer nuestras principales necesidades colectivas. Es necesario utilizar referentes alternos a la competencia y el individualismo. El Fideicomiso del Caño Martín Peña, la Corporación Piñones se Integra (COPI), Iniciativa Comunitaria y Taller Cé nos ofrecen otros modelos mediante los cuales podemos organizarnos económicamente y trabajar para satisfacer necesidades básicas tales como vivienda, educación, salud y entretenimiento. En todas estas experiencias la cooperación y la solidaridad surgen como alternativas.

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