Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.

- José Martí

Friday, November 9, 2012

Partidos emergentes: debate de las alianzas en Puerto Rico.


Las últimas elecciones fueron un ejemplo de participación democrática, debido a la presencia de la mayor cantidad de partidos en una contienda electoral desde 1972. El resultado arrojó luz sobre las estrategias que se deben seguir para los próximos eventos electorales. A nivel ejecutivo, el bipartidismo cerrado se consolidó como modelo hegemónico en Puerto Rico. Entre los dos partidos mayoritarios obtuvieron cerca del 95% de los votos. En la papeleta legislativa, a pesar de un par de resultados satisfactorios aunque no positivos (como el de María de Lourdes Santiago), los partidos emergentes no fueron capaces de romper con la presencia exclusivamente bipartita de los partidos hegemónicos. En el plano municipal, a pesar de que se concretaron alianzas interesantes para algunas alcaldías, el 100% de las alcaldías recae sobre el Partido Popular Democrático o el Partido Nuevo Progresista.
                Estos resultados levantan varias interrogantes: ¿Deben los partidos emergentes unirse en un solo frente electoral?, ¿Deben presentar candidatos a gobernador?, ¿Debe darse por sentado que los puertorriqueños apoyan el sistema bipartita, por lo que debemos integrarnos al PNP o al PPD? Estas interrogantes requieren reflexión profunda, y probablemente haga falta más de una columna para responder a cada una de ellas. Sin embargo, hay unos apuntes que se deben establecer para lograr “romper el cerco electoral”, y reorientar los proyectos políticos de cara a los próximos comicios.
                El primer punto de análisis es enmendar el Código Electoral. En el mismo, se eliminaron los partidos coaligados, lo cual dificulta establecer candidaturas unitarias sin entrar en un debate por la identidad organizativa. ¿Por qué no podemos tener un mismo candidato para el PIP y para el MUS, y que su foto aparezca bajo ambas insignias? De esta manera, un voto íntegro por el PIP le daría el voto al susodicho, y un voto por el MUS haría lo mismo. Así, ningún partido tendría que cruzar líneas partidistas para apoyar candidatos que representen un interés común para más de un partido.
 En la actualidad, las alianzas se concretan con el apoyo a una persona que está en otro partido, pero si restablecemos los partidos coaligados, podríamos tener un candidato bajo más de una insignia, lo que facilitaría los pactos electorales.
                Otro tema imperativo para futuros procesos electorales, es saber dónde poner los recursos disponibles. La estructura de los partidos en Puerto Rico ha sido tradicionalmente poli-clasista. En un mismo partido militan profesionales, empresarios, obreros, estudiantes, retirados y personas desplazadas de la fuerza laboral. Por lo tanto, si existen políticos dentro de los partidos que representan cada uno de estos grupos, será necesario reflexionar cuáles son las personas que no se sienten representadas, y buscan una tercera alternativa política. En el caso del Partido Independentista Puertorriqueño, históricamente ha registrado un promedio menor del 5% en la papeleta ejecutiva, sin embargo tiene un promedio de 10% en la papeleta legislativa, teniendo representación legislativa ininterrumpida hasta el 2008. Esto implica, que ante la falta de una segunda vuelta electoral, los partidos emergentes deben concentrarse en contiendas en las que puedan ganar mayor exposición y representación electoral como las contiendas legislativas estatales y municipales. La presencia permanente de candidatos electos para puestos legislativos le permitirá dar ejemplo de trabajo político por los sectores que representan, y dan paso a la creación de candidatos presidenciables con credibilidad y exposición mediática.
                Por último, los partidos emergentes deberán concentrar sus esfuerzos permanentes en levantar fondos. Las campañas mediáticas son costosas, la educación política también. Sin importar el rumbo que escojan los individuos para insertarse en la arena política, deben reconocer la cantidad de recursos que consumen los procesos, y que la gran mayoría de los partidos emergentes exitosos alrededor del mundo necesitan aportaciones de sus militantes y simpatizantes, además de los fondos gubernamentales, para crear grupos de trabajo, círculos de estudio y conseguir las herramientas necesarias para ganar adeptos apelando al discurso que se defienda. Estos individuos deben evitar caer en el pesimismo por la pérdida de euforia en la participación política, ya que de lo que se trata es de continuar abriendo los espacios democráticos y participativos para evitar la concentración de poder en pocas manos.

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