Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar.

- José Martí

Saturday, May 16, 2009

Las nuevas consultas de estatus: ¿Cuál es el problema?

Según publica la prensa, el Comisionado Residente en Washington, Pedro Pierluisi, propone presentar en los próximos días ante el Congreso un proyecto de ley que permitiría la celebración en Puerto Rico de un nuevo plebiscito sobre el estatus. A diferencia de plebiscitos anteriores, la legislación propuesta por Pierluisi requiere dos procesos electorales distintos. En la primera consulta, se le preguntaría a los electores si quieren (o no) continuar el actual estatus territorial. Si los electores se expresaran en contra del estatus actual, se celebraría una segunda consulta en la cual se seleccionaría entre las alternativas reconocidas por las Naciones Unidas (integración, independencia y libre asociación).

Las críticas más obvias en contra de dicha propuesta ya las hemos escuchado: que no se cuenta con los votos en el Congreso; que Estados Unidos nunca estará dispuesto a comprometerse de antemano a respetar el resultado de un plebiscito en el cual una de las opciones sea la estadidad; que los plebiscitos no funcionan como mecanismo para resolver el problema de estatus; que este plebiscito es un truco electoral para eliminar de la papeleta al Estado Libre Asociado y lograr así una mayoría artificial a favor de la estadidad, entre otras. El problema fundamental del proyecto de Pierluisi, sin embargo, es que asume al colonialismo como una alternativa política legítima.

En otras palabras, el proyecto reconoce el derecho del pueblo a decidir 'libre y democráticamente' si quiere continuar una relación colonial (si quiere seguir siendo un territorio o no). Tal posición contradice tanto la idea de libertad como la idea de democracia: ambos conceptos, además de ser incompatibles con el colonialismo, tienen como límite su propia negación. Dicho de otra manera, el concepto 'libertad' no incluye el derecho a decidir no ser libre, pues dicho 'derecho' implica la negación de la libertad; decidir a través del voto dejar de gobernarse a sí mismo, no constituye un ejercicio democrático, pues implica dejar de vivir en una democracia. Así mismo, un proceso electoral en el cual el colonialismo aparece como una alternativa válida, como una de las opciones que serían 'respetadas' por el imperio, difícilmente podría calificarse de descolonizador.

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